eustaquio el vampiro
Había una vez una niña que se llamaba Luna, le gustaba leer historias
de vampiros.
Una noche que habían salido sus padres a cenar se
fue a ver la tele al salón, oyó un ruido muy fuerte, era un pequeño murciélago.
Se posó en el sillón y sé convirtió en un vampiro.
Luna sé asustó mucho y el vampiro le dijo no te asustes.
Soy Eustaquio, pero mis amigos me llaman golfo porque me gusta hacer
travesuras.
Luna le preguntó: ¿cuantos años tienes? Eustaquio
le respondió: 500 años.
Eustaquio le dijo: ven conmigo te voy a enseñar
donde vivo. Luna se fue con él, y la llevó al cementerio, dijo Eustaquio a
Luna. Aquí vive mi abuelo Drácula. Yo vivo en el castillo de Transilvania.
Los vampiros no somos tan malos como dicen tus
historias. Nos gusta la música y bailar a la luz de la luna.
Eustaquio le dijo a Luna que no debería dejarse
llevar por las apariencias de las personas, sino por su corazón.
La invitó a cenar en su castillo con unos manjares
muy ricos. Comieron pastel de sesos de mono, flan de mocos de lobo feroz y
sangre fresca humana.
Pasaron toda la tarde jugando y bailando con la
luna llena en el castillo. Se lo pasaron muy bien y se prometieron amistad
eterna.
FIN
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